jueves, 30 de julio de 2009

Lo bueno permanece y, si se quiere, permanecerá

Una vez más se cumple la teoría de que las cosas nunca son totalmente buenas ni totalmente malas, es decir, cuando te ocurren muchas cosas negativas seguidas quiere decir que se compensarán con otras muy positivas, y viceversa. Rara vez estos extremos no varían. Es por eso que no hay que confiarse nunca cuando la vida te sonríe, se debe estar alerta aunque sea solamente un poquito, pero eso no quita que no debamos disfrutar de esa felicidad y positividad como se merece cuando llega.

Solo con el paso del tiempo y del transcurso de las situaciones te das cuenta que la lucha diaria merece la pena, sobre todo cuando logras objetivos aunque sean muy pequeños pero que son gratificantes. Si de verdad se cree que la lucha merece la pena, aun por negro que se vea el camino, siempre nos debemos animar a continuar incluso también cuando al final las cosas no hayan salido como se esperaban. Esa lucha es un movimiento positivo de por sí y dice mucho a nuestro favor. Si lo dejamos pasar no obtendremos ningún resultado bueno, el negativo ya lo tenemos sin hacer absolutamente nada.

Y es con esto (y con algún que otro factor más) con lo que podremos aferrar a nuestras vidas todo lo bueno y lo que realmente merece la pena y nos hace felices nuestros días. Todo lo que nos ayuda a superar los obstáculos y las cosas negativas que inevitablemente aparecerán. La cosa mas pequeña pero con gran significado personal puede hacer grandes maravillas.

lunes, 25 de mayo de 2009

Cuando se ve todo peor, queda la opcion de mejorar

Gracias a una personita y a una buena y gratificante conversación he logrado ver esas cosas que se escondían en mi interior y en mi subconsciente que ignoraba y que son buenas para mi salud mental (abstenerse chistes fáciles, :P). A causa de valorar puntos de vista, aspectos personales y un artículo de revista, he logrado salir de este gran bache en el que me veía inmersa desde hace mucho tiempo, o por lo menos asomarme al mundo con la energía renovada para enfrentarme a lo negativo que pueda venir. Cuando se ve todo tan negro y sin ninguna luz a la que seguir es casi imposible ver el lado positivo de la vida, cosas buenas y agradables que están ahí pero que no conseguimos ver. Solo era cuestión de un empujoncito, de una mano amiga que te asegure que la lucha de hoy merecerá la pena mañana. Y en verdad merecerá. La lucha no es la misma para todos, cada uno ha de encontrar su camino para luego recorrerlo sin dejarse engañar o herir por los peligros que conlleva ese caminar.

Y ahora comprendo que las cosas pueden mejorar si uno quiere, que nadie tiene derecho a quitarte la sonrisa de la cara sin motivo y que tu vida es solo tuya, único y exclusivo dueño de tus decisiones y errores. Y a pesar de la fragilidad que me acompaña, la aliada fuerza sé que me ayudará en mi viaje, pero sin olvidar a nuestros confidentes mas preciados y que, por desgracia, son muy escasos en el mundo de hoy en día, pero a los cuales querré hasta la eternidad. Todos somos humanos, y como personas que somos necesitamos a esos amigos y confidentes a nuestro lado. Juntos en nuestra travesía, aunque bien es cierto que no nos debemos olvidar de crecer por nosotros mismos sin depender tanto de que otros nos solucionen los baches del camino. Así es como se crece como persona, así es como lograremos vivir realmente nuestra vida.

lunes, 27 de abril de 2009

En proceso de...

... no lo sé exactamente. Siento que algunos cambios se producen en mí. No sabría explicarlo muy bien, ni el por qué de que estos se manifiesten de esta manera. He llegado a la conclusión de que existen infinidad de conclusiones posibles. ¿Será porque estoy siendo más egoísta y pienso más en mí?, ¿Será porque mi defecto de ser demasiado buena lo estoy perdiendo?, ¿Será porque estoy cansada de escuchar gilipolleces constantes?, ¿Será porque no merece la pena perder el tiempo en quién tampoco lo tiene para mí?, ¿Será porque me han decepcionado tantas veces que ya ni padezco?, ¿Será por haber tragado tanto? Sea lo que sea ha producido una alarma en mí que no llego a comprender del todo. He aceptado cambios, o quizás hay momentos en los que vuelvo a creer que no, pero las dudas siempre vuelven, las decepciones, el no entender nada de lo que ocurre. Quizás la culpa sea mía por querer que lo bueno que tengo en la vida se iba a quedar por mucho más tiempo, y a pesar de que lo creo todavía mis ilusiones se desvanecen muy lentamente. Y esto no es de ahora ni mucho menos... viene de bastante tiempo atrás, pero ahora, según pienso, se habrá acumulado hasta el punto de hacerme cambiar y ser más "mala" ante aquello que me hizo y hace tanto mal. Por desgracia hay cosas que debo seguir teniendo en mi día a día inevitablemente. Es muy fácil decir que debes hacer algo, no tengáis dudas de que de haberlo podido hacer ahora no estaría escribiendo esto. Afortunadamente no todo es tan negro y existen muchos bonitos colores por los que sonreír y los que te enseñan que tu esencia es única y lo más bonito del mundo.

Siempre agradeceré una y mil veces a todas esas personas que están a mi lado todo lo bueno que me aportan. Nuestras relaciones hablan por si solas de todo lo que hemos convivido y solo nosotros podemos entender absolutamente todo lo que nos une. He de decir que sois muy pocos, menos de lo que yo imaginaba, pero por nada del mundo os cambiaría.

viernes, 10 de abril de 2009

El eterno retorno

No se muy bien como podría redactar todo lo que pasa por mi mente. Son tantas preguntas sin respuesta concreta, tantas incógnitas sin resolver. Pero así es el mundo, en el que convivimos unos con otros, personas diferentes aunque sea en el más mínimo detalle. Esa diversidad conlleva a que haya conflictos, malentendidos... y no es algo malo si se ve desde el punto de vista de que, de no ser así y si todos fuésemos iguales, seria una monotonía constante que aunque parezca increíble, llegaría a ser negativa y agobiante.

No obstante, y por desgracia, estas diferencias existentes no se pretenden minimizar. Nos dejamos llevar por nuestros pensamientos y actuaciones sin casi nunca darnos cuenta de las consecuencias. Nos quedamos encerrados en nuestro propio ego y no damos oportunidad de ver nuestros errores y fallos y, lo más importante, tampoco corregirlos. Damos por echo que siempre poseemos lo correcto y los demás están equivocados.

Este podría ser el camino fácil, esperar a que todo se nos venga de la mejor manera posible como por arte de magia. Preferimos que los demás hagan cosas por nosotros y nosotros apenas damos el brazo a torcer ante esas situaciones de conflicto. Si dos no reman jamás saldremos de la tormenta. Y la verdad es que me da mucha pena que el orgullo gane a la humildad y más aun sabiendo que esta segunda da muchas más satisfacciones y ayuda a que la convivencia de los unos con los otros sea más llevadera y más especial.

Lo realmente valorable es cuando luchamos por lograr esas cosas buenas que la vida y el mundo nos ofrecen y que tendemos a olvidar. Jamás arrepentirse de haber luchado por algo que no hemos podido alcanzar a pesar de todo el esfuerzo invertido. Estar para y por los tuyos, los que realmente valoras y que te hacen feliz, los que acuden en lo bueno y en lo malo y los que no te juzgarán jamás según tus gustos y valoraciones personales.

Quisiera encontrar las palabras y las expresiones correctas para poder redactar todo lo que me gustaría decir. Aún así, a grandes rasgos y muy brevemente esto podría ser un resumen del eterno retorno de unas características humanas. Salir de una(s) tormenta(s) para entrar nuevamente en otra(s). Y puedo afirmar que a pesar de los golpes te puedes hacer más fuerte, aprendes y tomas nota para nuevas tormentas que se avecinen. En ocasiones quizás sea tarde, pero siempre existe el momento y la opción de rectificar y encarrilar las circunstancias hacia la mejoría. Y para todo ello solo se necesita una cosa: remar en la misma dirección.